Relatos Urbanos.
I. Como animales en el autobús.
Como siempre todos los días debo viajar y tomar ese maldito autobús, que en vez de medio de locomoción colectiva parece un camión que se dirige directamente al matadero. Parece irrisorio la forma en que se trasladan las personas todos los días en la mañana, como si el mundo se fuera a acabar mañana, y ese fuera el último autobús con rumbo a la mal llamada otra vida, y no hubiera tiempo de volver atrás, siendo la última alternativa la condenación eterna. Parece difícil pensar que a veces señoras de muy respingado carácter tomen un autobús, que literalmente va lleno hasta las masas, y justo en ese momento me viene a la mente ese término muy pasado de boca en boca como es el tema del subdesarrollo, y el desarrollo. ¿Seremos algún día un país desarrollado? Tal vez sí o tal vez no, aunque nuestra mentalidad esta a años luz de volverse desarrollada. Todo se solucionaría levantándose más temprano, porque ese afán de ir como cordero degollado, todo apretado y con un aire totalmente viciado, que prácticamente nos ahoga hasta el alma. Sólo deseo dejar planteado ese sentimiento que me invade cada vez que tomó ese maldito autobús y me voy apretado y soy parte de aquellos que se van como animales en el autobús.